lunes, 19 de mayo de 2025

Una sociedad socavada?

 



Una sociedad socavada?

Pedro Aranda Astudillo    Fundador de la Corporación Gen

Mayo 2025

Byung Chul Han, escritor internacional publicó en 2010 su best seller “La Sociedad del cansancio”, su análisis social es una radiografía nítida del vivir ciudadano actual. Su radiografía la comprendemos también desde la irrupción industrial, la vida mimetizada con el poder de las máquinas.

Del cansancio decimos cuando terminamos una labor intensa incluso con satisfacción. El cansancio también revela cuando “lo dimos todo”, agotados. Con la prisa que vivimos, la febril ansiedad de logros, la “auto explotación” con devoradores rendimientos para alcanzar los “divinos éxitos” surge la violencia neuronal, como lo especifica Han. (extrapolémoslo también a la agresiva atmósfera social). Así se justifica su análisis “la sociedad del cansancio”. El Papa León XIV lo verbaliza: “La humanidad cansada”.

Han cual filósofo acota que se pierde la noción del tiempo, “el tiempo vuela”, ni más ni menos, perder la noción de nosotros mismos, volcados hacia las metas: “un amable desarme del Yo”. Como la ranita que se cuece poco a poco al hervor del agua...  “La libertad se licúa” bajo la compulsión de las eficiencias, competencias y sobrecargas desgastantes”. El mundo laboral, empresarial se regula en la dinámica por sus costos y beneficios.

Los socavones se producen cuando se horadan los cimientos. Nuestras raíces humanas provienen del amor que nos concibió.  El amor es el signo propio de la espiritualidad, como la conciencia. Es el principio vital. Los humanos nos desarrollamos en convivencia, en aprendizajes reflexivos de maduración. Los años de formación son extensos. Nuestro organismo natural es dispar a un ritmo estresante. En el mundo laboral tecnificado, digitalizado, robotizado las personas “deben” adaptarse a los ritmos laborales. Las consecuencias son investigadas por diversas instituciones:

La Organización Mundial de la Salud manifiesta una preocupación global para la salud mental y física de los trabajadores. Asumió el término “Burnout”, lo describe: el estrés crónico, la falta de descanso adecuado y la presión constante por alto rendimiento. Extensivo a la educación y deportes. 2024 Boston Consulting Group investigó en 8 países: el 48% de los trabajadores manifiesta el agotamiento laboral.  2025 FORBES llevó la cifra al 66%.  El sector público sería más crítico. La Organización Panamericana de la salud estudió por LABORUM en 2024: el 89% de los trabajadores en Chile asociados al síndrome Burnout. Las jornadas mineras por turnos: 4x4; 7x7; 14x14.  11 horas de trabajo diarios por años y años (los tiempos de traslados no son incorporados a las horas laborales). 

Como sociedad humana, debemos velar insoslayablemente por nuestra salud existencial.  El desarrollo nos promueve diversos bienestares, “entretenciones fugases”, las más variadas evasiones, paralelamente proliferan las farmacias, las clínicas, clínicas del trabajo, los consultorios.  La pandemia del Covid nos “encuarentenó” para valorar la vida, pero las ambiciones nos dominan. 

Han nos advierte: “Vamos silenciosamente al amable desarme de nuestro Yo” agreguemos, al desarme colectivo.  La vida nos ha sido regalada, y le damos la espalda por las ilusiones. Recuperémonos en humanidad, en la convivencia del hogar, en la convivencia en el mundo del trabajo. Recuperemos las holgadas conversaciones que nos humanizan: sin pretensiones de convencer, de poseer la razón.  La verdad fluye en la honestidad, en amorosa sinceridad. 

Si volvemos a las energías limpias, volvamos también al bien integral de las personas.

El Gran Hombre José Mujica nos legó su profunda vivencia: “No se cansen de ser buenos, aunque no sirva de mucho. Sirve para no arrepentirse con uno mismo”.

jueves, 1 de mayo de 2025

Franciscus

 Franciscus: Tender Puentes, No Muros

Pedro Aranda Astudillo – Fundador de la Corporación Gen

Abril 2025


La exhortación de Franciscus merece ser cincelada en diamante, tatuada en el alma, sembrada en la idiosincrasia de nuestra civilización. Su voz fue un arco iris tendido de occidente a oriente, clara, profunda, abierta a toda inteligencia. Nos recuerda aquella máxima de la sabiduría griega: “Conócete a ti mismo”.


No nos engañemos: nuestros logros pertenecen a la inteligencia, pero la esencia humana —esa mezcla de amor y odio entre los sapiens— permanece inalterada a través de los siglos. Seguimos atrapados en jaulas de paradigmas, ideas y egoísmos propios.


Vivimos en ascuas, dependientes de quienes mueven los hilos, de los que decretan guerras o dibujan fronteras desde cómodos escritorios. El poder aún se ejerce al viejo estilo romano: con el dedo pulgar alzado o abatido. Los sistemas sociales siguen siendo pirámides donde el vértice ordena y la base obedece. Y, sin embargo, hay quienes resisten. La ONU y sus 17 Objetivos por un desarrollo inclusivo intentan que nadie quede fuera de la mesa.


En medio de esta humanidad en crisis, brotó del corazón del Papa Francisco una consigna luminosa: tender puentes.


La muerte del hermano Francisco estremeció la conciencia del mundo. Muchos quizás no leyeron sus discursos, cartas o encíclicas. Pero todos supieron que conservó los mismos zapatos con los que llegó al cónclave. Fue un testimonio fiel de Jesús, encarnado en las carencias del mundo. Hizo carne la utopía de la fraternidad. Clamó por los migrantes, abrazó a los náufragos, almorzó con los pobres de Roma.


¿Qué imagen más elocuente que aquel instante en que, frente a frente y a medio metro de distancia, el presidente Trump y el presidente Zelenski se miraron en silencio, sentados en la Basílica de San Pedro el día del funeral de Franciscus?


Fue un clima de recogimiento. Una mirada detenida que devolvió a ambos a las raíces compartidas de la humanidad. Porque mirar no es ver. Y ver de verdad —ver con el alma— genera una conexión especial. Solo así puede haber diálogo, debate. Solo así puede nacer la pedagogía del encuentro, la que deja fuera la prepotencia y abre espacio a la escucha.


Tender puentes es lanzarse al otro. Es quebrar la coraza, desmontar prejuicios, y aprender a escuchar desde la piel ajena. Es ponerse en los zapatos del otro. Es —en suma— el arte más noble de la buena voluntad. Porque tender puentes no es solo un acto político o diplomático: es un gesto íntimo, imprescindible, desde los hogares hasta las grandes cumbres sociales.


En 2013, al asumir su pontificado —palabra que, no por azar, significa “constructor de puentes”— Francisco encendió un rayo de lucidez:

“El anuncio del amor de salvación de Dios es previo a la obligación moral y religiosa. Hoy parece prevalecer, a veces, el orden al revés.”


Esa salvación resonó en las últimas palabras de Jesús crucificado:

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”


La existencia —como una obra de arte— encuentra su sentido en los susurros del amor. Porque sin amor, la vida es un absurdo, aunque insistan los negacionistas.



Sobre el Autor

Pedro Aranda Astudillo es fundador de la Corporación Gen, dedicada a la promoción del desarrollo humano integral. Con una trayectoria marcada por la acción social y la reflexión espiritual, ha contribuido durante décadas a tender puentes entre comunidades, culturas y generaciones. Su obra escrita combina el compromiso ético con una prosa poética cargada de humanismo

domingo, 6 de abril de 2025

Tiempos trastornados y Semana Sants



Tiempos trastornados, y, Semana Santa


Pedro Aranda Astudillo – Fundador de la Corporación Gen.

Cuando el amor al poder sobrepasa al poder del amor, la vida humana se trastorna. Prevalecen las relaciones dominantes. Nuestros tiempos agudizan las polaridades, no sólo entre los que más tienen con quienes tienen menos, sino las polaridades se dan entre los que más tienen. Emerge el paradigma del poder por el poder. La codicia sin fondo. No basta tener un territorio inmenso, hay que anexar al del lado. Los derechos humanos en un punto ciego. La inteligencia racional a espaldas de la conciencia humana.

Desde hace algunos años, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, advertía cuán cerca se está de una guerra mundial. Hoy la Unión Europea se encuentra impelida a fortalecer sus defensas. La democracia representativa desestabilizada por el narcotráfico, el crimen organizado, las bandas delictuales. F. Nietzsche acertaba: “En la lucha contra las bestias podemos convertirnos en bestias”.

La historia humana nos evidencia el protagonismo de los liderazgos, para bien o para mal, que han conducido a las naciones. En esta profunda crisis de nuestra humanidad observamos liderazgos imperiales, prescindentes de la columna vertebral del cuerpo social: el bien común de la comunidad humana. Los intereses “geopolíticos” predominan. ¿Los humanos se han atrapado a sí mismos? Además de las guerras de fuegos ¡¡aparecen las guerras comerciales!!

¿Se ha abortado el don del espíritu humano que permite trascender sus esquemas mentales, abrirse a la conciencia de la paz?

Esta visión puede objetarse de pesimista, de atrofiar la esperanza por tiempos mejores. Existen “islas de bondades humanas”, pero los continentes imperiales reducen nuestra humanidad a ser hormigas. ¿Qué son los ciudadanos ante una dictadura, un emperador?

Habría un rayo de esperanza futura si la formación humana, su educación, fuese “un modelo educativo que se transformara desde sus cimientos” (Editorial Mercurio de Antofagasta, marzo 27). Tales “cimientos” lo interpretamos desde la ética del diálogo, el aprendizaje dialogado horizontal y verticalmente. Tener un marco ético común. Aprender en conjunto es fraguar una sociedad colaborativa.

“La verdad os hará libres” proclamó Jesús, Maestro de la vida. Jesús vivió bajo el imperio romano: “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Y, bajo el imperio romano encarnó la solidaridad, amó la condición humana aún en su crucifixión, lavó los pies de sus discípulos, ¡la omnipotencia divina reverbera en su humildad! Inclinarse ante el prójimo para fraternizarlo y abrirle los ojos al ciego de nacimiento que gritaba a Jesús por ver, ver la verdad. Aprender a ver más allá de las apariencias… ¿Qué es la Navidad, la Semana Santa en el mundo, si no es el faro, el nítido lucero del llamado, cual llama fulgurante? La humanidad vino a convivir en armonía este planeta evolucionado desde 15 mil millones de siglos… La energía se desplegó en materia desde el Big Bang para reeditarse en nosotros, y continuar su evolución ascendente de seres humanos en convivencia. Si hemos sido engendrados por amor, el amor es nuestro destino común. La madre natura nos nutre, nos reviste y lo proclama.

No rendirse ante el absurdo: llegar al más hermoso de los planetas para atormentarnos, trastornarnos unos a otros…



lunes, 15 de noviembre de 2021

De nuestra bruma social a la esperanza

 


Pedro Aranda Astudillo      Fundador de la Corporación Gen

Nov. 2001

El vértigo cultural que vivimos nos conduce a su vez a automatizarnos en nuestros quehaceres, como también en nuestros ámbitos de comunicación humana: relaciones personales, familiares, sociales… :  a tal acción tal reacción.  El filósofo Gurdjeff decía: “recibimos percepciones y  excretamos conductas”.  

El Dr Humberto Maturana, fue Premio Nacional de ciencias y de autoridad intelectual  mundial en  su último libro nos dice entre sus fecundos asertos: “Los seres humanos surgimos en el lenguaje, con todos nuestros sentires íntimos en armonía, pero luego dejamos de respetar esos sentires”.  Podríamos matizar que no sólo surgimos del lenguaje sino nos constituye como humanos. Solo los humanos pueden expresar y expresarse. Los robots pueden “hablar” desde el programa que se les ha impuesto.

Las palabras son como los frutos que nacen de la tierra, ellas nacen de las entrañas del sentir y de las conciencias.  Pero la celeridad que vivimos “no tenemos tiempos para vernos y escucharnos en  nuestro interior y como corolario menos escuchar lo que nos son diferentes u opuestos a nuestras ideas. Evitamos transitar por las zonas internas…donde se encuentran las sinceridades y las responsabilidades.  Se evidencia un vivir divisorio o divorciado entre el mundo interior y el mundo exterior de vida disfrazada. En el mundo de roles y disfraces se esfuman las confianzas.

Las campañas eleccionarias no dejan de ser un carnaval de palabras, promesas destinadas a conquistar adhesiones. Un malabarismo de palabras. La imagen bíblica de la Torre de Babel nos deja el mensaje que cuando todos tiran para su lado, para sus partidos, para sus conveniencias hace imposible construir un País… y se destruye el edificio, vale decir el país.  Mas, la peor destrucción y quizás imposible de reparar es  la pérdida de  nuestra identidad como nación.  Al igual cuando una persona pierde su identidad…

La humanidad ha vivido con sus propósitos de conquistar el mundo para sí misma.  En su trayecto ha perdido su alma lo declaraba Alexander Solzhenitzen, agreguemos que también perdió su vínculo con la naturaleza.   Nuestro mundo se debate en múltiples crisis que siempre las ha tenido, pero las actuales son ya más conducentes a su propio exterminio.  Para esta  Cop26 ya le pareció tan insoslayable el futuro catastrófico que se espera que   en su redacción final (¡al fin!) se pudo llegar al acuerdo de firmar todos los países incumbentes.  

Nuestro País está en la profunda encrucijada de polarizarse.  ¿Será posible que releyéramos el mensaje de la torre babel?  Por la ley física de la inercia si frenas a los 150 km por hora el resultado será caótico.   Ganar una elección para borrar del mapa al contrario será apagar el incendio con bencina.….  “Soltar el apego a la adicción de tener razón y ser dueños de la verdad”.  Chile como comunidad humana es un proyecto común.  Hemos tenido líderes en la historia que han hecho posible reunificar sus países,  tenemos estos faros para aprender de ellos y llegar a puerto.

 

lunes, 2 de agosto de 2021

Las Olimpiadas cual flor de loto

 Las Olimpiadas cual flor de loto

Pedro Aranda Astudillo      Fundador de la Corporación Gen.

Julio 2021

La flor de loto es la maravilla que surge de aguas cenegadas. Su esplendor son sus pétalos abiertos al sol a ras de sus aguas lodadas.           Nuestra humanidad ya por dos años  bajo los estragos del covid19 y cepas, nos ha llevado más de tres millones de personas, dejando estelas de incertidumbres, y, no faltan los humanos pese a sus efímeras existencias creerse todopoderosos: El Sr Presidente Ruso Vladimir Putin  recientemente hizo una ostentosa visita a una fábrica de un “dron bélico” que superará dos veces la velocidad del sonido. El año pasado  festejaba la creación de un misil intercontinental invisible a radares.                        Estados Unidos y China mostrándose “los dientes”…y si los estallidos sociales recorrieron países democráticos, igual surgieron en las dictaduras férreas.                                Los gritos del hambre, la sed de libertad son ya irreprimibles.

Sumidos en nuestras lacerantes necesidades vitales aparecen irrenunciablemente las Olimpiadas Niponas.     Estos juegos poseen la virtud, su fuerza, su energía de mostrarlas al mundo que los humanos  también al igual de la flor de loto se abren al mundo, que es posible reunirse en convivencia de compartir, más que competir,  presentar lo mejor de cada cual.                                    Son una constelación de gracias, de arte, de virtudes, de enarbolar las potencialidades de nuestro cuerpo que se transfiguran en sus ”vuelos” gimnásticos, y en las más variadas destrezas. 

Las olimpíadas son un templo de aquella libertad liberada del lucro, a sus fieles sólo les basta “exponer” sus habilidades amasadas en sacrificados entrenamientos, en austeridad, en constancias sin treguas.                           EL filósofo latino Séneca nos decía  “no hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma”, y  las olimpíadas:  “ haz de tu cuerpo la gloria de tu alma”. 

Decimos que las realidades superan  las fantasías: en estos deslumbrantes juegos se produjo una “ dolorosa caída amarga”, la renuncia de continuar su participación de su “majestuosa gimnasta” Simone Biles. Sus motivos, pese a sus dominios sobre su cuerpo debió rendirse  a una presión mayor  “sus fantasmas mentales” minaban su vida íntima,  disrrumpían sus concentraciones deportivas.  Los traumas de un pasado no basta echarlos a la espalda…. Son nudos dolorosos,  no se disuelven  con los éxitos que tengamos.   

La genuina autenticidad de Simone  refulgió más que todas las medallas olímpicas:  declarar que no sólo tenemos una corporalidad, un alma, somos seres de profundidades donde se alojan las conciencias, el espíritu.                       Vivimos como si no tuviéramos una vida interior, pues la cultura reinante es ver caras pero no corazones, las apariencias reinan sobre lo que somos. Somos vidas engendradas  desde el amor aunque nos espera una selvática cultura, somos células transidas de emociones, de sentimientos aunque la cultura nos dicte que hay que “controlarlas, reprimirlas”.                 Nuestro cuerpo se rinde a los  años pero  nuestra conciencia, nuestra vida interna vive en su continuo presente:  nacemos con una identidad  que se mantendrá hasta nuestro final.  Vivir en conexión con nuestro mundo interior es como toda semilla que se yergue desde sus adentros.  Gracias Simone por tu honestidad, tu dignidad  brilló sobre tus éxitos…  también la flor de loto sobre sus turbias aguas….


jueves, 10 de junio de 2021

LA POLÍTICA VERSUS LA PARTIDOCRACIA

 

LA  POLÍTICA  VERSUS  LA  PARTIDOCRACIA

Junio 2021

Pedro  Aranda Astudillo          Fundador de la Corporación Gen.

Las palabras estropeadas dejan de ser vitales, son hojas sin raíces.  Ellas en su origen grecolatino se vigorizan.   La vida social en Grecia era la “Polis”,  las formas de hacer sociedad,  de acordar costumbres, hacer de la convivencia un rostro humano, no una masa.  ¿Cómo nos entendíamos?  Con un lenguaje  transparente  lo que sentían  y vivían  para comprenderse , organizarse,  como todo órgano que se entreteje a sí mismo. 

Democratizarnos: “Demos” es pueblo,  “Cratos” es poder. El poder radica   con las personas,  para las personas.   Todo ser vivo busca estar bien,  y todo ser humano busca “su bien-estar”,  ¿cómo estás?  Fácil pues deducir que el bien nos sustancia para  ser y hacer sociedad: todos estén bien.   Es una exigencia  de la realidad vital.  Cuando quien reparte se lleva la mejor parte y para los “suyos” empieza el cáncer…  ¿Dónde proviene la violencia? Cuando el bien por el cual nos afanamos, trabajamos se reparte desproporcionadamente. 

 

La esencia humana es social, nacimos de una pareja,  crecemos en familia, todo ser humano es político,  vive  en y de la Polis,  debe relacionarse con sus semejantes.  La Política es sagrada porque el ser humano es sagrado, es la dignidad corporalizada.    Nuestro cuerpo es lenguaje para convocar y ser convocado. Declarar: “soy apolítico”,  “la política corrompe”,  “es la concubina de los poderes económicos” y, otros decires… verificarlo es  confesarnos que nos abortamos como personas  ¿Hoy qué  Institución pasa la prueba de la blancura?  

Sanarnos como sociedad  y si los Partidos  son gran parte de nuestra bruma social, es imperante la “Revolución Reflexiva”  que llamaba  el Dr. Humberto Maturana.   Cada Partido es una parte que visiona la realidad social.  Sin embargo, la realidad social es superior a todas las visiones particulares, si cada cual tiene “un algo de la verdad social” el desafío será escucharnos para complementarnos.  Pensamos  en el bien común,  no  lo que  conviene a una parte.   Los Partidos están en crisis mundial  pues entre servir a la sociedad en sus complejidades de subsistencia terminan sirviéndose de la sociedad para  enaltecerse de poder.  (También sanarnos como sociedad  es insoslayable “humanizar la educación”,   la gran tarea País)

 

La Partidocracia con sus egolatrías significa que la sociedad está sujeta al poder de los Partidos.  Los países  Totalitarios están sometidos al poder de un solo Partido,  peor aún si  se refuerzan con las fuerzas armadas.

En consonancia a la cultura de redes, las gobernanzas llegan al poder en coaliciones  partidarias, pero a su vez son “fiscalizadas” por otras alianzas partidarias de oposición.  Al día de hoy este sistema imperante  o que ha estado imperando está sobrepasado por las demandas que son mayores a las capacidades partidarias.

Emergen las megas marchas sociales,  y quienes hasta hoy se declaraban independientes, “incontaminados” de ideologías, de dogmas, se aúnan  por sus necesidades apremiantes, se concientizan en el “Sí, podemos”.  Las ideologías, los dogmatismos elienantes de las realidades se auto socaban.

¿La voz del pueblo es la voz de Dios?  La soberanía de un pueblo ¿no es la majestad de las conciencias?